miércoles, 23 de marzo de 2011

Premios IgNobel 2010

Los Premios Ig Nobel son una parodia estadounidense del Premio Nobel y se entregan cada año a principios de octubre por los logros de diez grupos de científicos que "primero hacen reír a la gente, y luego le hacen pensar". Organizado por la revista de humor científico Annals of Improbable Research (AIR), que son presentadas por un grupo que incluye a auténticos Premios Nobel, en una ceremonia en el Sanders Theatre, de la Universidad de Harvard. Los premios pretenden celebrar lo inusual, honrar lo imaginativo y estimular el interés de todos por la ciencia, la medicina, y la tecnología.

Los Premios IgNobel y algunos de los galardones de la edición de 2010, especialmente el de Medicina, que fue a parar a manos de investigadores holandeses que estudiaron el efecto de las montañas rusas sobre la disnea de pacientes asmáticos.
Lo cierto es que la ceremonia de este año dio para mucho más. Por ejemplo, el británico Gareth Jones –que trabajó con científicos chinos-, recogió uno de los premios por documentar que una determinada especie de murciélagos (Cynopterus sphinx) son expertos en contorsionismo y sexo oral. Su trabajo, aparecido en PLoS ONE (2009; 4(10):e7595. doi:10.1371/journal.pone.0007595), se tituló “La felación en murciélagos de la fruta prolonga el tiempo de copulación”. ¿Habrá que tenerlo en cuenta como tratamiento de la eyaculación precoz? Al fin y al cabo, casi nadie duda de la sabiduría de la Madre Naturaleza.
Sin salir del tema de la fauna, el premio en la categoría de Ingeniería se lo llevaron científicos de la Sociedad Zoológica de Londres y del Instituto Politécnico Nacional de Baja California, en México, nada menos que por “perfeccionar un método de recogida de mocos de ballena utilizando un helicóptero por control remoto”. El artículo, que en fondo es bastante más serio de lo que parece, se publicó el año pasado en Animal Conservation (2009;13:217-225), y sus autores defienden la importancia de desarrollar nuevas técnicas de detección de microorganismos patógenos que incrementan el riesgo de mortalidad en los grandes cetáceos.
El IgNobel de la Paz fue uno de los más llamativos. Fue a parar a manos de investigadores británicos de la Keele University (Neuroreport 2009;20:1056-1060) por estudiar el efecto que tiene soltar tacos y juramentos en respuesta al dolor. Para ello, evaluaron la tolerancia y la percepción del dolor, junto con la frecuencia cardíaca, en dos grupos de voluntarios a los que se pidió meter la mano en agua helada y resistir todo lo que pudieran. Durante la prueba, unos iban soltando palabras malsonantes y otros, palabras neutras. Este brillante experimento demuestra científicamente, por primera vez en la historia, que soltar tacos y juramentos en situaciones clásicas, como cuando uno se pega un martillazo en un dedo por falta de puntería, disminuye nuestra percepción del daño e incrementa la tolerancia al dolor. Bueno es saberlo para la próxima vez.
Asimismo, vale la pena destacar otra deslumbrante investigación, firmada por científicas neozelandesas (New Zealand Medical Journal 2009;122:31-38), que se hicieron con el IgNobel de Física por comprobar que llevar los calcetines por encima de los zapatos disminuye el riesgo de caídas en invierno cuando uno transita por caminos helados. Concluyen que se trata de un “método efectivo y barato” para prevenir resbalones. Hasta podría ponerse de moda.
Finalmente, volviendo al tema de los microbios, otro de los galardones reconoció el mérito de un trabajo norteamericano de los años sesenta (Applied Microbiology 1967;15:899-906), que puso de manifiesto experimentalmente el peligro de ser científico barbudo. “Se llevó a cabo para evaluar la hipótesis de que un hombre barbado incrementa el riesgo de infecciones en su familia y amigos si su barba ha sido contaminada por microorganismos infecciosos mientras trabaja en un laboratorio de microbiología”, explicaban los autores, concluyendo que “las barbas retienen los microorganismos y toxinas a pesar de lavarse con agua y jabón”. Ya lo dice el refrán: “Cuando las barbas de tu microbiólogo veas pelar...”

Salvador G. Serrano

Héroes Reales

"No soy de ver muchos mensajes y menos de los "inspirationals" pero por casualidad abrí uno y ese me llevó a este... y se me hizo un nudo en la garganta. La costra de cinismo se deshizo, al menos por un momento de postmodernidad y me pregunto si el Amor es un ideal que pocos alcanzan o la enfermedad que los espartanos curaban en un precipicio.

Vean el vídeo por favor, pregúnteselo a si mismos y si lo desean hagan algo."

Alberto A.